Un año más, las organizaciones que formamos parte de La Coordinadora, alzamos nuestras voces junto a millones de mujeres en todo el mundo.Celebramos los avances conseguidos en la garantía de los derechos de las mujeres.
Al mismo tiempo, denunciamos los retos que persisten en un mundo cada vez más desigual y azotado por la guerra. Con valentía, fuerza y esperanza, seguimos luchando por la justicia social feminista.
Como organizaciones de la sociedad civil, ponemos en valor la contribución de colectivos, asociaciones de base, movimientos feministas y de mujeres a la defensa y garantía de sus derechos. A lo largo de la historia, han sido protagonistas en la lucha por la justicia social, la igualdad y la sostenibilidad de la vida. Nuestro reconocimiento especial a las mujeres del Sur Global, cuya resistencia y sabiduría han enriquecido la construcción de una cooperación feminista interseccional y decolonial.
30 años de logros y aún muchos retos
Este año celebramos el 30 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en el marco de Naciones Unidas. Inspirada en las reivindicaciones de los diferentes movimientos feministas, ha marcado las decisiones y avances en políticas de igualdad de género de gobiernos y organizaciones de todo el mundo.
En estas tres décadas, se han producido avances significativos, como el reconocimiento global de la violencia de género como una violación de los derechos humanos. También se ha ampliado el acceso a la educación para niñas y mujeres, se ha consolidado el derecho al aborto en numerosos países… Se han ratificado convenios internacionales contra la violencia de género, a favor de la igualdad salarial y del trabajo decente. Ha aumentado la presencia de mujeres en espacios de representación política y también el reconocimiento de la ética y la economía de los cuidados.
Frente a las múltiples violencias que vivimos millones de mujeres cada día, somos nosotras quienes tejemos redes de solidaridad, defendemos los derechos humanos y el planeta.
A pesar de tales avances, persisten numerosos desafíos. Hoy enfrentamos el mayor número de conflictos bélicos desde la Segunda Guerra Mundial, con un impacto devastador en las mujeres y sus cuerpos. La situación de las mujeres del Congo es una trágica muestra de ello, como también lo es en Palestina, Siria, Afganistán o Colombia. Todas ellas enfrentan múltiples violencias a diario. Es especialmente preocupante la situación de las defensoras de derechos humanos que viven una férrea persecución y criminalización por su activismo. La militarización y el avance del autoritarismo amenazan nuestros derechos.



Constructoras de paz en un mundo en guerra
En este contexto, es fundamental recordar que las mujeres somos quienes sostenemos la vida, promovemos la paz y generamos redes de apoyo y cuidados a nuestro alrededor. Frente a las múltiples violencias que vivimos millones de mujeres cada día, somos nosotras quienes tejemos redes de solidaridad, defendemos los derechos humanos y el planeta. En definitiva, quienes construimos un presente y un futuro más justo. Y, a pesar de ello, no somos incluidas en los procesos de negociaciones de paz.
Vivimos una tendencia global de recorte de derechos y especialmente de los de las mujeres, personas LGTBIQ+ o con identidades diversas. Las desigualdades aumentan y lo hacen aún más debido a una justicia patriarcal que perpetúa estereotipos machistas. El acceso a los derechos sexuales y reproductivos continúa en riesgo ante el avance de políticas fundamentalistas y reaccionarias. La precarización laboral y la feminización de la pobreza siguen aumentando, lo que evidencia un sistema económico global que no distribuye de manera equitativa el trabajo de cuidados.
Es urgente reforzar una cooperación feminista interseccional y decolonial (…) debemos organizarnos y fortalecer nuestras alianzas.
En defensa de los derechos de las mujeres migrantes y racializadas
Como entidades de La Coordinadora de Organizaciones de Desarrollo, nos sumamos a las reivindicaciones de la Comisión 8M estatal, que este año vuelve a poner en el centro la garantía de derechos para las mujeres migrantes y racializadas, la lucha contra las violencias machistas, la justicia económica y laboral, y la defensa de la libre autodeterminación de los cuerpos y la diversidad.
Vivimos un momento crítico. Es urgente reforzar una cooperación feminista interseccional y decolonial. Ante el avance del fundamentalismo, el retroceso en derechos humanos y la imposición de políticas patriarcales, racistas y LGTBIfóbicas, debemos organizarnos y fortalecer nuestras alianzas. No daremos ni un paso atrás. Seguiremos defendiendo lo conquistado y luchando por un mundo donde todas las personas puedan vivir con dignidad.
Hacemos un llamado a la participación activa en las manifestaciones y actos convocados en todo el Estado español con motivo del 8M. Nos sumamos a millones de mujeres en el mundo que exigen paz, derechos y dignidad.
¡Nos vemos en las calles!
Más información: 8 de marzo: paz, derechos y dignidad – La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo