Ante la situación de violencia desmesurada que está sucediendo en Colombia, compatimos la entrada que Mila Ramos (presidenta de MZC) ha hecho en su blog 1000Asuntos
Llevamos semanas oyendo hablar de Colombia, leyendo noticias, viendo imágenes impactantes de una violencia desmesurada por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) y en general de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. A estas alturas no creo que encontremos una sola persona que piense que esto que está pasando en Colombia, es solo por la reforma fiscal que ha pretendido el presidente Iván Duque, y que se ha visto obligado a derogar; el saldo de las protestas ciudadanas a 5 de mayo del 2021 es de 19 muertos, 800 heridos y 87 desaparecidos.
Eso ha sido una de esas gotas que colman el vaso de un pueblo cansado de soportar violencias, abusos de todo tipo y conculcación de sus derechos en múltiples formas. Sería ardua tarea enumerar las violencias a las que ha sobrevivido el pueblo colombiano en las últimas 6 largas décadas, sitiado por gobiernos corruptos, por paramilitares, por la guerrilla, por las bandas criminales y el narco, fundidos todos ellos en una perversa metonimia para obligar a todo a un pueblo a morir de pie o a vivir de rodillas. Y no, esa frase esculpida en el imaginario de varias generaciones es otro modo de abundar en la miseria humana, cuando lo que quiere el pueblo colombiano es vivir en paz.
Lo que yo he visto en Bogotá, en Soacha, en Medellín, en el Chocó, en Santa Marta… han sido mujeres y hombres que quieren vivir en paz. Todo lo que puedo contar es la radical mirada de las mujeres construyendo la paz sin concesiones, en medio del caos más absoluto y sin que nadie garantice ni su seguridad ni su vida, por el hecho único de ser mujeres activistas por la paz, los derechos humanos y la justicia.
Este 5 de Mayo ha sido un día de reivindicaciones para las mujeres de Colombia, las mujeres del movimiento feminista han hecho un plantón, pacífico y silencioso, para exigir el cese inmediato de la violencia extrema y para reivindicar otra forma de gobernar por parte del presidente Duque. A las mujeres colombianas le sobran los motivos para exigir que sus vidas dejen de ser un campo de batalla para la violencia sexual, el abuso, la invisibilización y el ninguneo. Exigen, exigimos todas las feministas del mundo, la erradicación de las violencias por el hecho de ser mujeres, el enjuiciamiento de los culpables y el establecimiento de garantías plenas de no repetición.
Las activistas de Colombia y defensores de derechos humanos no están solos en esta hora, el mundo les mira, pero eso no basta, el mundo, la comunidad internacional, los gobiernos democráticos, tienen el deber y la obligación de reaccionar y condicionar cualquier tipo de ayuda o relación con el gobierno de Colombia, primero, al cese inmediato de la represión que las fuerzas de seguridad están cargando contra la ciudadanía que ejerce su derecho a protestar; segundo, que el presidente Iván Duque se siente a negociar, a escuchar la voz de su pueblo, pues de lo que se trata es de construir un país de todas y todos.
Las activistas y defensoras de derechos humanos, perseguidas, detenidas, asesinadas, están hartas de exigir, de insistir, de denunciar que con sus derechos no se juega; que con los derechos del pueblo no se juega; y a pesar del hartazgo no se van a rendir.
Y nosotras tampoco.
Llamado urgente desde Colombia a la solidaridad feminista internacional. Para firmar personalmente o como entidad:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeHWKOP4n9eQPOHYXyVznsoKP2Sgjxy20VnTXRfug1PIEGVOA/viewform
