La intervención tiene como objetivo reducir los efectos negativos de la crisis humanitaria ligada al post-conflicto y a la incipiente confrontación intercomunitaria. El proyecto busca atenuar el sufrimiento de la población desplazada en Gao así como la población vulnerable de la ciudad, aportando un apoyo esencial, que consisten en este caso en distribución alimentaria y apoyo nutricional con especial atención a los/as niños/as de 6 a 59 meses y las mujeres embarazadas y/o en periodo de lactancia.
La situación que encontramos en Mali sigue siendo muy preocupante, los problemas que asolan el país tienen un carácter multidimensional.
Por un lado, el contexto de post conflicto en el que los acuerdos de paz no han aglutinado a todas las facciones no está ofreciendo seguridad a la población y en algunas regiones se están recrudeciendo los combates por lo que los habitantes de esas regiones se ven expuestos a numerosos riesgos y su vulnerabilidad aumenta. Los caminos se ven inseguros ya que al estado le cuesta llegar a estas zonas enclavadas en el norte y tanto grupos yihadistas como saqueadores aprovechan esta ausencia. Este hecho está también dificultando la entrada de ayuda humanitaria lo que hace afecta gravemente a la población, más de 4 millones de personas necesitan de protección debido al conflicto y a las inundaciones.
Los problemas a nivel de seguridad alimentaria son muy serios y en recientes informes de la OCHA sobre el Sahel señala que en todo el norte la población maliense estaría en una fase bajo presión de inseguridad alimentaria, una de cada cinco personas en el país, actualmente unas 795.000 necesitan de ayuda alimentaria. Más de 150.000 niños en todo Mali han alcanzado un estado grave de malnutrición, en la región de Gao la tasa de malnutrición aguda es del 15,2%.
Uno de los grandes problemas en el norte está siendo la gestión de los grupos retornados y los desplazados internos. La situación es extrema en la región de Gao, encontramos que la Población Interna Desplazada que está en necesidad de asistencia es de 9.529 personas, 148.080 de la población retornada, de las repatriadas el número asciende hasta 13.129 y de la población huésped se establece en 20.000. La llegada de población a pueblos y ciudades tras la guerra está generando conflictos intercomunitarios e interétnicos que si bien tenían orígenes históricos se están reavivando a su vez debido a la lucha por los escasos recursos que existen.
Esta comuna, capital de la región, ha hecho frente desde agosto de 2018 a llegadas masivas de personas desplazadas de zonas muy golpeadas con los conflictos, particularmente el Gourma donde se llevan a cabo operaciones militares anti-terroristas de gran envergadura. Los enfrentamientos intercomunitarios se están sucediendo de manera habitual en Mali, particularmente en el norte. El conflicto ha mutado de la dinámica de bloques a adquirir un carácter étnico, donde hay enfrentamientos entre diferentes comunidades y están surgiendo grupos de autodefensa. Los sucesos como el de marzo en Ogossaogu donde fueron asesinadas 157 personas, en Sonankobou el 10 de junio donde en pleno país Dogon mataron a más de un centenar de personas pertenecientes a esta etnia o en el círculo de Koro el 17 de junio fueron tiroteadas 38 personas resultando muertas, no hacen otra cosa que certificar la realidad de la situación del país, siendo está la de un enfrentamiento entre etnias.
Este proyecto cuenta con la financiación del Ayuntamiento de Córdoba.
