Ponemos fin a nuestro proyecto “Ludopedagogía para una Cultura de Paz II: construyendo una paz positiva a través de herramientas socio-afectivas y alianzas educativas Sur-Norte desde el enfoque de género y los ODS” financiado por el Ayuntamiento de Málaga en su convocatoria de Cooperación Internacional 2024.
En un momento histórico marcado por el recrudecimiento de conflictos armados y el avance de discursos que legitiman la violencia y el odio, hemos querido poner nuestro granito de arena en la construcción de un mundo distinto. Lo hemos hecho de la mano de comunidades educativas de Málaga, convencidas de que la escuela es un espacio dónde abrir caminos para el diálogo, la justicia y la paz.
Este proyecto ha apostado por metodologías que colocan en el centro la participación activa, el pensamiento crítico y la acción transformadora de las y los jóvenes estudiantes.
Compartimos aquí los principales frutos de este proceso colectivo:
El juego como territorio de reflexión: La Paz Invisible
Durante el primer trimestre, trabajamos con el alumnado de los centros IES Pablo Picasso, CDP Santa María de los Ángeles e IES Guadalmedina, a través de nuestro juego “La Paz Invisible”. Este recurso ludopedagógico permitió que las/os adolescentes se encontraran en un espacio de ensayo colectivo, donde cuestionar la realidad, analizar las causas de la violencia y explorar caminos para una paz con justicia social. El juego funcionó como laboratorio donde el alumnado pudo ser “otras y otros” por un tiempo, rompiendo con los imaginarios hegemónicos y planteando otras formas posibles de convivir y resolver los conflictos.
- La Asamblea de Paz: un ejercicio de participación transformadora
En el segundo trimestre, nos embarcamos en un proceso junto al alumnado mediador del IES Pablo Picasso, que culminó en la celebración de la I Asamblea de Paz del centro. El grupo, desde un enfoque de paz positiva, fue protagonista en:
-Detectar los conflictos que atraviesan la vida cotidiana de su instituto.
-Reflexionar colectivamente sobre las raíces estructurales de esos conflictos.
-Proponer soluciones que pusieran en el centro los cuidados.
-Preparar una cumbre de paz inspirada en el Modelo de Naciones Unidas (MUN), donde a través del teatro social y el debate, compartieron propuestas, escucharon enmiendas y votaron resoluciones. Incluso hubo un equipo de prensa escolar que se encargó de dar voz y memoria al proceso.
Todo ello fue un claro ejemplo de cómo la escuela puede convertirse en un espacio de práctica democrática y de construcción colectiva de saberes.
- Tejiendo redes Sur-Norte: el encuentro con defensoras de derechos humanos
El proyecto se cerró con un encuentro online entre el profesorado de los centros participantes y defensoras de derechos humanos colombianas, con quienes compartimos la convicción de que la paz no se decreta; se construye día a día desde los territorios y los márgenes. Este espacio de diálogo permitió tender puentes entre el Sur y el Norte, intercambiar experiencias y estrategias para hacer frente a los desafíos globales que amenazan los derechos humanos, desde una mirada feminista y situada.
💜 Desde MZC queremos agradecer profundamente a cada persona que formó parte de este proyecto: al alumnado, al profesorado y a las defensoras de DDHH Katherine Rodriguez e Irene Serrano. Gracias por demostrar que, incluso en un mundo atravesado por guerras, genocidios y violencias, es posible sembrar colectivamente semillas de paz y justicia.
